¿Está seguro que quiere realizar esta acción?
15/12/2021
El 12 de diciembre de 2015 se aprobaba el Acuerdo de París, un documento que contaba en sus objetivos con evitar que el incremento de la temperatura media global no superara los 2ºC.
Desde que comenzó este acuerdo, todos los años tiene lugar una cumbre a la que acuden en torno a 120 jefes de Estado y sus representantes se reúnen para mostrar su compromiso político con la ralentización del cambio climático.
En la última cumbre celebrada en Glasgow el pasado noviembre, más de 40 países se comprometieron para desterrar de forma paulatina el carbón en la cumbre climática COP26, incluyendo a algunos de los principales países que lo usan, como Polonia, Vietnam y Chile.
Sin embargo, algunos de los países que más dependen del combustible no se adscribieron al compromiso como: Australia, India, China y Estados Unidos, entre otros.
En esta cumbre, hay varios asuntos sobre la mesa, pero se podrían resumir en dos:
1. Avanzar en la descarbonización del planeta (abandonar los combustibles fósiles y reducir más las emisiones de CO2) y
2. La financiación para ayudar a los más vulnerables a adaptarse y a combatir los efectos del cambio climático que ya están sufriendo.
Los países que acudieron a la cumbre de Glasgow deberán:
✦ Actualizar y aumentar los planes de reducción de emisiones: aumentar los compromisos fijados en los planes de reducción de emisiones de cada país (NDC), que son voluntarios. Deberían salir de Glasgow actualizados y con mayores recortes en emisiones. Para 2030, hay que reducirlas a la mitad.
✦ Concretar el funcionamiento de los mercados de carbono: que los países se pongan de acuerdo al establecer nuevas reglas para el comercio de los “derechos de emisión”, que hasta ahora funcionan en la UE. El objetivo es generar un marco legal, a nivel internacional, que permita a los países y empresas realizar transacciones asociadas a esos derechos de emisión de CO2. Es un asunto muy técnico y complejo que debía haberse cerrado en Madrid, pero aún sigue pendiente de cerrar y siempre es un escollo en las negociaciones.
✦ Aumentar la financiación para la acción climática: cumplir con el compromiso de los países desarrollados de financiar con 100.000 millones de dólares anuales a los países menos desarrollados, que son los más vulnerables ante la crisis climática. Se trata de ayudarles a cumplir sus compromisos con esa descarbonización del planeta, pero también a hacer frente a los efectos de un cambio climático que ya sufren, pero del que son responsables, sobre todo, los países industrializados.
En septiembre de 2021 la ONU advirtió de que la revisión de objetivos llevada a cabo por los países no había sido lo bastante exigente, y que eso haría que las temperaturas aumentarán 2,7 grados para finales de siglo. Sin embargo, los Estados están afrontando este otoño otro reto que podría tener influencia en su respuesta: los cortes de suministro energético han hecho que en Europa y China los precios de gas natural, carbón y petróleo alcancen precios máximos.
China, que es el país del mundo con mayor volumen de emisiones, aún no ha facilitado su cifra de NDC. Los grandes productores de combustibles fósiles como Arabia Saudí, Rusia o Australia no parecen estar dispuestos a reforzar a sus competidores. India, un actor fundamental al tratarse del segundo mayor consumidor, productor e importador de carbón del mundo, tampoco se ha comprometido aún con un objetivo de emisiones.
El nuevo foco de las tensiones del precio de la energía pasa del gas al carbón. China ha dado un giro a su política de intentar reducir las emisiones contaminantes al ordenar la vuelta al uso intensivo del carbón para paliar la falta de suministro eléctrico que sufre en varias provincias. Pese a que la producción nacional no se ha abandonado, a corto plazo no cubrirá las necesidades del país. Los operadores chinos están comprando carbón en el mercado internacional a cualquier precio, lo que está provocando un rápido crecimiento de los mismos, y amenazan con dejar al resto de países tiritando de frío para el próximo invierno.
Con el panorama actual, la predicción es que en la COP26 no se alcanzará el objetivo de lograr compromisos lo bastante sólidos de reducción de las emisiones de efecto invernadero para que en 2030 estas se hayan reducido un 45 % con respecto a los niveles actuales. Esto quiere decir que el mundo no estará en una buena posición para alcanzar la neutralidad de emisiones en 2050, ni tampoco para lograr el objetivo de mantener el incremento de las temperaturas por debajo de 1,5 grados.
Algunos estudios sostienen que la diferencia entre 1,5 y 2 grados puede significar que ciertos Estados isleños queden sumergidos bajo el mar, la muerte de los arrecifes coralinos, olas de calor extremas, inundaciones, incendios y dificultades generalizadas para obtener buenas cosechas.
Esto se traduciría en numerosas muertes prematuras, más inmigración masiva, grandes pérdidas económicas, enormes extensiones de tierra inhabitable y el estallido de conflictos violentos por los recursos y los alimentos (lo que el secretario general de la ONU ha denominado «un futuro infernal«).
¿Está seguro que quiere realizar esta acción?